El pequeño módulo de aterrizaje de la misión Rosetta de la agencia europea ha sido encontrado a poco menos de un mes de dar por finalizado el proyecto. Philae ha aparecido en el interior de una grieta, notablemente inclinado y en una zona sombría, lo que explica por qué no pudo recargar sus baterías con las placas solares.
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Un fallo en el sistema de anclaje del módulo hizo que, al intentar aterrizar en noviembre de 2014, rebotase varias veces en lugar de sujetarse a la superficie, de manera que su ubicación era desconocida hasta ahora. La sonda se pudo comunicar brevemente con Rosetta en junio y julio de 2015, pero no ha vuelto a dar señales de vida desde entonces (puede consultarse este artículo y este otro, de este mismo blog).
Con los datos disponibles fue posible conocer la trayectoria que siguió Philae tras rebotar, y se pudo estimar la zona en la que podría encontrarse. Hasta ahora había algunas fotografías tomadas por Rosetta en las que había formas que se asemejaban al módulo, pero se realizaron cuando Rosetta estaba demasiado lejos para poder ver con nitidez un objeto tan pequeño como Philae. Ahora, en septiembre de 2016, Rosetta efectuó un vuelo a menor altura, lo que permitió distinguir más detalles de la superficie, y se puede ver con claridad el módulo de aterrizaje. Más información:
La ESA comenta el hallazgo en este artículo.
Todos los años, entre mediados de julio y finales de agosto, tiene lugar una lluvia de estrellas conocida como la lluvia de las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo. Se trata de una sucesión de estrellas fugaces que atraviesan con gran frecuencia (varias por minuto) el cielo nocturno. Por efecto de la perspectiva, las trayectorias de todas las estrellas fugaces convergen en un mismo punto, llamado radiante. En el caso de las Perseidas, el radiante se encuentra en la constelación de Perseo, lo que da nombre a esta lluvia de estrellas.
El radiante de las Perseidas
Las lluvias de estrellas, en general, se producen cuando nuestro planeta se cruza en la órbita de un cometa. El cometa se calienta y deshiela al acercarse al Sol, con lo que empieza a emitir gases y polvo, lo que origina la cola de estos cuerpos. A su paso, deja restos de polvo y pequeñas partículas. Al pasar la Tierra por esa zona en su recorrido alrededor del Sol, los restos procedentes del cometa atraviesan la atmósfera. La fricción del aire los calienta a muy altas temperaturas, hasta el punto de que algunos brillan intensamente, dejando en ocasiones un rastro luminoso a su paso. Esto es lo que se conoce como estrellas fugaces. No son estrellas, sino cualquier objeto que atraviesa la atmósfera y que es susceptible de brillar al ser calentado a altas temperaturas. Las Perseidas se producen cuando la Tierra atraviesa los restos del cometa 109P/Swift-Tuttle.
Este año las condiciones no son las mejores, puesto que la Luna estará en fase creciente durante casi todo el mes de agosto y la tendremos llena el día 18. Por tanto, la luz de la Luna nos impedirá ver con detalle el cielo nocturno, aunque parece que la Luna se oculta hacia la mitad de la noche, con lo que a partir de entonces no nos afectará. La noche del 11 al 12, a partir de las 2 de la madrugada, será el mejor momento para observarlas, porque es el momento de mayor actividad. Para observarlas, no hacen falta prismáticos ni telescopios, ni tampoco filtros. Es fácil verlas a simple vista, siempre que se elija un sitio con poca contaminación lumínica, horizontes despejados y sin nubes. Parece ser que este año las Perseidas serán mucho más vistosas que otros años.
En la película "Armageddon" de 1998, dirigida por Michael Bay y protagonizada por Bruce Willis, un gran asteroide se aproxima hacia la Tierra. Los astronautas tienen la misión de introducir en el centro del meteorito una bomba nuclear que, al estallar, lo divida en varios fragmentos que se desvíen de la trayectoria inicial del asteroide.
El objetivo del proyecto internacional Asteroid Impact and Deflection Assessment Mission (AIDA) es el mismo: tratar de desviar un asteroide de su trayectoria. La misión es en realidad un ensayo, ya que el asteroide elegido no impactará contra la Tierra. Sin embargo, lo más importante de esta misión es saber qué margen de actuación tenemos con la tecnología actual ante posibles impactos de meteoritos contra nuestro planeta.
El destino es un sistema binario de asteroides, Didymos. Se trata de un asteroide de 170 m de diámetro (a veces llamado Didymoon) que orbita alrededor de un cuerpo más grande, de 800 m de diámetro. El asteroide que AIDA pretende desviar es Didymoon, el menor de ellos.
A diferencia de la película de 1998, el procedimiento para desviar el asteroide no será introducir una bomba nuclear en su interior, sino simplemente un impacto, un choque. El proyectil será una aeronave a gran velocidad (unos 6 km/s), que impactará en la superficie de Didymoon, y como consecuencia del choque el asteroide verá modificada su trayectoria.
El proyecto consta principalmente de dos naves independientes: la que impacte contra el asteroide, correspondiente a la misión DART (Double Asteriod Redirection Test), desarrollada por el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad John Hopkins y financiada por la NASA; y una nave que observará el impacto y las características del asteroide antes y después del choque, perteneciente a la misión AIM (Asteriod Impact Mission) de la agencia europea ESA. La misión también incluye un pequeño módulo de aterrizaje que en principio aterrizará sobre Didymoon antes del impacto.
El proyecto aún está en una fase muy temprana de su desarrollo (previsiblemente se aprobará AIM en diciembre de 2016), de hecho aún no se conoce con exactitud la masa del asteroide que se pretende desviar, una información fundamental para la misión. La estimación que maneja actualmente la ESA, publicada en esta web, se ha obtenido por comparación con otros asteroides conocidos de características similares. De hecho una de las tareas de AIM antes del impacto de DART será determinar la masa del asteroide con una incertidumbre del 10%.
Si finalmente este proyecto se lleva a cabo, se lanzará AIM en octubre de 2020, para llegar a Didymos en junio de 2022. Se realizará un estudio de Didymoon antes de la llegada de DART. Unas dos semanas antes del impacto, AIM se alejará de los asteroides unos 100 km para observar sin peligro el impacto. Tras el choque, la misión concluirá con un segundo análisis de Didymoon.
Se puede estimar el efecto que tendría el impacto sobre el asteroide, simplemente utilizando la conservación del momento lineal (p' representa el momento lineal tras el choque):
El subíndice D se refiere a DART y el subíndice A se refiere al asteroide. Supondremos que Didymoon está inicialmente en reposo, por lo tanto a la izquierda solo nos queda la contribución de DART, que tiene una masa de unos 300 kg y en el momento del impacto tendrá una velocidad de unos 6 km/s. A la derecha, tras el choque, ambas velocidades son iguales, por lo tanto la conservación del momento lineal nos queda:
La masa de DART es mucho menor que la de Didymoon, por lo tanto a la derecha se puede aproximar que la suma de las dos será aproximadamente igual a la masa de Didymoon, de manera que toda la ecuación inicial se reduce a:
Se estima que la masa de Didymoon es:
Si sustituimos los datos en la ecuación, obtenemos que:
Por tanto, la velocidad con la que Didymoon se movería como resultado del impacto con DART sería de menos de medio milímetro por segundo.
Es un efecto muy pequeño, pero esto es solamente una estimación. Habría que tener en cuenta que Didymoon en realidad sí se está moviendo, algo que no hemos considerado, y de hecho el efecto que pueda tener el choque depende de la dirección en la que impacte DART. Además se pueden desprender rocas del asteroide, lo que podría contribuir a que la velocidad final de Didymoon tras el choque fuese algo mayor. Otro aspecto que no hemos tenido en cuenta es que desde un punto de vista de energías, no toda la energía de la aeronave se transmitirá al asteroide, porque habrá una pérdida de energía en forma de calor al impactar DART en Didymoon. AIM estudiará el cráter tras el impacto para saber cuánta energía se pierde en forma de calor.
De todos modos, una desviación pequeña en su órbita puede tener efectos más notables posteriormente, como un cambio en las características de su órbita (como el periodo: el tiempo que tarda en dar una vuelta completa; el plano en el que tiene lugar la órbita...), algo que tendrá que estudiar AIM tras el impacto. Es entonces cuando sabremos cuál ha sido exactamente el efecto que ha tenido el impacto en la órbita de Didymoon.
A continuación, un vídeo de la ESA sobre la misión: